Es fácil caer en el error de relacionar el mal llamado «anticongelante» con las temperaturas frías, y pensar que su mantenimiento en el verano no es necesario.
El refrigerante (líquido de refrigeración) es un líquido que circula por el circuito de refrigeración del vehículo. Tiene dos funciones principales, aunque no son las únicas: ayudar a evitar el sobrecalentamiento del motor y evitar la corrosión favoreciendo el engrase de los elementos por los que circula, como la bomba de agua. Debe ser capaz de controlar la temperatura de las diversas partes del motor en todas las condiciones climáticas. Cuando hablamos de anticongelante lo hacemos porque hablamos de un fluido que refrigera el motor, pero tiene componentes que evitan su congelación.
Si sólo se utilizase agua, este «líquido de refrigeración» se congelaría a 0ºC, entraría en ebullición a 100ºC (si se encontrase a presión atmosférica) y no evitaría problemas como la corrosión de las partes del circuito. Por ello se utilizan los llamados «anticongelantes simples», que incorporan alcoholes y glicerinas que evitan la congelación pero que no evitan otros problemas.
Un líquido de refrigeración de calidad contiene:
- Etilenglicol con agua desmineralizada y desionizada
- Aditivos inhibidores de corrosión
- Anti-espumantes
- Colorantes para detección de fugas
Por lo tanto, ni el agua ni el «anticongelante simple» ofrecen la suficiente protección al motor. Y es también por ello por lo que no solo debemos acordarnos del líquido de refrigeración en invierno, ya que en las demás épocas del año, aunque normalmente el líquido no se congelará, si debe cumplir sus otras funciones, anticorrosión, antiespumante, engrase, …
Además cuando hablamos de líquido de refrigeración hablamos de un líquido al 30%, al 50%, al 10%, ….es decir, hablamos de porcentaje o «concentración».¿Qué significa la concentración? La Concentración de un líquido de refrigeración es el porcentaje de etilenglicol que contiene e indica su nivel de protección a la congelación, su punto de ebullición a presión atmosférica y su calor específico, que está directamente relacionado con su capacidad para evacuar calor.
Los vehículos más modernos emplean aleaciones de aluminio en sus componente, a las que la corrosión les afecta muy fácilmente, funcionan a temperaturas de más de 100ºC y poseen una gran cantidad de componentes que pueden verse afectados por el uso de un líquido de refrigeración de baja calidad o por el uso de anticongelantes.
Actualmente, podemos encontrar en el mercado tres tipos de líquidos refrigerantes distintos en función de tu tecnología anticorrosión: inorgánicas, orgánicas (OAT) y semiorgánicas (Si-OAT). Estos aditivos anticorrosión que forman parte del liquido refrigerante se van degradando con el tiempo por lo que se hace necesaria su sustitución. Por norma general los fabricantes de vehículos recomiendan su sustitución cada 2 años/40.000 km en el caso de refrigerantes inorgánicos y cada 5 años/100.000 km para los orgánicos y semiorgánicas.
El no cambiar el refrigerante motor a tiempo llevará a la oxidación interna del radiador, camisas, líneas de refrigeración de la culata y puede ocasionar serios problemas de refrigeración motor y en ultimo lugar a la rotura de alguno de los componentes del circuito.
A la hora de escoger el liquido refrigerante para nuestro motor es importante elegir la tecnología adecuada según el fabricante (inorgánico, orgánico o semiorgánico), así como tener en cuenta el porcentaje de monoetelinglicol presente en el mismo. El monoetelinglicol va mezclado en el liquido refrigerante en un porcentaje que va desde el 10% hasta el 50%. Este componente da al refrigerante su capacidad anticongelante, pero sobre todo aumenta la temperatura de ebullición del mismo haciendo que nuestro motor pueda trabajar a temperaturas más altas de los 100ºC.
Los fabricantes aconsejan utilizar un refrigerante con una cantidad de monoetelinglicol de entre el 40-50%. Mantener la temperatura de funcionamiento del motor es cada vez más importante pues estos son cada vez más pequeños, entregan una potencia mayor y tienen unas necesidades de refrigeración cada vez más exigentes. Además, mantener una temperatura de funcionamiento optima es esencial para mantener los límites de emisiones contaminantes según las normativas.
Por último, es recomendable lavar el circuito de refrigeración antes de su sustitución. Productos como Wynn’s Cooling System Flush pueden ayudarnos en esta tarea. Es un producto diseñado específicamente para eliminar los depósitos de cal y oxido en el interior del sistema, así como posibles restos de aceite.
Y recuerda siempre utilizar componentes de proveedores de calidad y ponerte en manos de un experto, tu taller de confianza.