Aunque los conductores creen que el frío estropea la batería, realmente es el calor lo que hace que falle.
Los informes publicados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) revelan una tendencia preocupante: los veranos se han vuelto considerablemente más calurosos en las últimas décadas, y así van a seguir. En España, por ejemplo, la estación ya se ha prolongado en cinco semanas desde los años 80, incrementándose en promedio nueve días por década.
Aunque muchos anhelamos la llegada del verano con entusiasmo, es esencial tener en cuenta el impacto del calor extremo en las baterías y la importancia del mantenimiento preventivo para garantizar que todos podamos realizar nuestros viajes con seguridad y sin estrés.
¿QUÉ EFECTOS PRODUCE EL CALOR EN LAS BATERÍAS?
Aunque los conductores creen que el frío estropea la batería, realmente es el calor lo que hace que falle. En primer lugar, las altas temperaturas aceleran las reacciones químicas dentro de la batería, lo que aumenta la velocidad de auto descarga. Esto significa que la batería se descarga más rápidamente cuando no está en uso. Además, el calor puede acelerar la corrosión de los componentes internos de la batería, lo que reduce su vida útil.
Otro problema relacionado con el calor es que puede afectar la capacidad de la batería para aceptar una carga completa. Altas temperaturas pueden provocar una pérdida de electrolito y un deterioro de las placas internas, lo que resulta en una disminución de la capacidad de la batería para retener y almacenar energía.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS CONDUCTORES?
Para garantizar viajes de verano sin inconvenientes, es crucial que los conductores tomen precauciones durante los períodos de calor intenso, adoptando medidas como:
- Estacionar el vehículo en áreas sombreadas siempre que sea posible para evitar la exposición directa al sol.
- Utilizar parasoles para proteger el interior del vehículo del calor excesivo.
- Conducir de manera progresiva y eficiente, evitando aceleraciones y frenadas bruscas y aprovechando las inercias.
- Verificar regularmente la carga de la batería. Si el coche tiene dificultades para arrancar, es probable que la batería necesite una recarga, sobre todo si el vehículo ha estado inactivo durante un tiempo.
- Realizar un mantenimiento regular de la batería antes y después del verano, para garantizar su óptimo funcionamiento.
- En cuanto a los coches eléctricos, intentar cargar las baterías en las horas menos calurosas y utilizar, en la medida de lo posible, estaciones de carga protegidas del sol.
- Por último, si hay sospechas de un problema con la batería, como una disminución significativa en su rendimiento, es recomendable buscar asesoramiento profesional para su revisión o reemplazo antes de realizar cualquier viaje.
En resumen, realizar revisiones periódicas del vehículo, incluyendo la batería, es crucial para detectar posibles fallos prematuros. Considerando que el 43,2% de las averías en carretera están relacionadas con la batería, es aún más importante revisarlas en un taller mecánico de confianza antes de salir de vacaciones. Así, se podrán prevenir gastos adicionales y averías imprevistas, asegurando un viaje tranquilo.