Desde Continental advierten de que los viajes largos a alta velocidad y el inflado insuficiente pueden someter a los neumáticos a una gran tensión.
Se acercan las vacaciones de verano en casi todas las regiones europeas, a menudo en el periodo comprendido entre junio y finales de septiembre. Desde Continental advierten de que los viajes largos a alta velocidad y el inflado insuficiente pueden someter a los neumáticos a una gran tensión. Por ello, los conductores deben asegurarse de que sus neumáticos están preparados para las exigencias operativas que se avecinan.
Una revisión rápida incluye ajustar la presión de los neumáticos a la carga del vehículo, comprobar la profundidad de la banda de rodadura y buscar signos de daños, como clavos o piedras incrustadas. Los usuarios también deben inspeccionar los neumáticos de un coche de alquiler antes de llevárselo.
La presión correcta de los neumáticos puede consultarse en el manual del propietario o en una etiqueta situada en el interior de la tapa del depósito de combustible, en el montante de la puerta o en la guantera. En ellas, los usuarios encontrarán cifras para un vehículo cargado y otro sin carga.
Al ajustar la presión, el conductor también puede comprobar si la profundidad del dibujo es suficiente. La profundidad mínima del dibujo en la UE es de 1,6 milímetros y los neumáticos deben sustituirse como muy tarde cuando el dibujo se acerque a este umbral. También es esencial comprobar si está dañado alguno de los tacos de la banda de rodadura, si hay abultamientos en el flanco o se han incrustado clavos o tornillos en el neumático. Tampoco hay que olvidar la rueda de repuesto al inflar los neumáticos.