Cerca del 25% de las baterías presentan fallos severos o críticos, según el último estudio de Carly, que muestra también que una falla severa tarda en desarrollarse 42 días de media.
Las averías críticas en los coches que circulan por nuestras carreteras han pasado del 27% en 2023 al 35% este año, mientras que el total de fallas ha crecido un 12,41%, según el último informe de Carly. Además, las baterías son otro de los puntos débiles: casi un 25% presenta fallos severos o críticos, “una señal clara de que el mantenimiento preventivo sigue siendo una asignatura pendiente para muchos conductores”, apuntan desde la empresa de diagnóstico.
El envejecimiento del parque automovilístico agrava la situación. Datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) confirman que el 45% de los vehículos en circulación supera los 15 años de antigüedad, con un promedio de 13,9 años, uno de los más altos de Europa. Esto, sumado a la falta de revisiones regulares (el 60% de los conductores no realiza mantenimiento anual), multiplica el riesgo de fallas mecánicas severas en elementos clave como los frenos, la suspensión y el sistema eléctrico.
Una falla severa tarda en desarrollarse 42 días de media, según indica Carly, tras analizar más de 10,1 millones de vehículos en 2024. Dato que para la compañía “subraya la necesidad de un monitoreo proactivo y constante para evitar sorpresas desagradables en carretera”. Entre las fallas más comunes detectadas este año destacan los problemas en el filtro de partículas y en la bomba de agua, dos componentes que afectan el rendimiento del motor y la seguridad del vehículo.
Por otro lado, el precio promedio de las reparaciones ha subido un 15% en el último año hasta alcanzar los 475 euros por visita, según los datos de Facua, lo que no ha ayudado a mejorar la confianza de los conductores en los talleres, opinan desde Carly, cuyo estudio revela que 9 de cada 10 conductores en España consideran que los talleres carecen de transparencia, lo que alimenta la desconfianza en sus mecánicos. “Esta percepción desincentiva la realización de reparaciones necesarias, contribuyendo al deterioro de los vehículos y poniendo en riesgo la seguridad vial”, señalan desde la empresa.
En un contexto donde el 77% de los vehículos analizados presenta algún tipo de fallo, herramientas como Carly, a través de su escáner OBD2 y una app intuitiva, permiten detectar averías críticas con antelación, realizar mantenimientos proactivos y ahorrar en reparaciones.