El sistema de encendido implica la producción de una chispa en las bujías y su distribución en los cilindros del motor en el correspondiente orden de funcionamiento. El concepto de una chispa para encender un motor corresponde a los motores que usan gasolina. Los motores diésel no requieren de una chispa, puesto que la mezcla carburante se autoenciende por compresión interna a una temperatura mayor.

El sistema de encendido del motor se encarga de aportar la energía que necesita el motor de combustión para mantener los diferentes ciclos de funcionamiento, admisión, compresión explosión y escape. Otra función del sistema de encendido es almacenar y producir energía eléctrica por medio de baterías y el alternador.

En el caso del motor de gasolina se producen chispas dentro de la cámara de combustión; en los motores diésel se envía el combustible por medio de bombas de inyección y el encendido ocurre por compresión de la mezcla.

¿Como funciona el sistema de encendido del motor de gasolina? Los sistemas de encendido han evolucionado mucho a lo largo del tiempo, especialmente con la introducción de la electrónica en el automóvil. En vehículos antiguos, algunos recordarán los platinos, el distribuidor o «delco», la bobina con los arrollamientos primario y secundario, …. En estos sistemas el giro del motor hacía que también girase el distribuidor, lo que generaba la apertura y cierre de los platinos que, a su vez, posibilitaban la generación de la alta tensión en la bobina que el distribuidor repartía a través de los cables a las bujías. Entonces, entre los electrodos de la bujía, se produce el salto de la chispa que produce la ignición de la mezcla aire/combustible en el interior del cilindro.

Los sistemas de encendido actuales son completamente electrónicos, y es una ECU, «unidad de mando electrónica», la encargada de realizar casi todo el proceso. Aparecen las nuevas bobinas «tipo lápiz, montadas directamente sobre cada bujía (una por bujía/cilindro), independientes o integradas en un módulo junto con las demás bobinas lápiz. Desparecen elementos como el distribuidor y los palatinos, y es la propia ECU la encargada de moderar la ruptura y el tiempo en el que se alimenta la bobina. Estos sistemas electrónicos han permitido enormes mejoras en seguridad, prestaciones, consumo y emisiones.

Un consejo – Recuerda que cuando falla una bobina lápiz, se aconseja el cambio de todas las bobinas, aunque las demás no hayan mostrado síntomas de avería.

¿Como funciona el sistema de encendido del motor diésel? La diferencia básica entre los motores diésel y los de gasolina es que mientras en los de gasóleo el combustible arde de forma espontánea debido a la presión, en los de gasolina el carburante explota tras iniciarse el proceso con una chispa. Los propulsores de ciclo diésel funcionan debido al mismo fenómeno que hace que cuando inflamos la rueda de una bicicleta, la bomba se caliente. Cuando comprimimos un gas, éste aumenta de temperatura. Si el gas es aire, no pasa nada, pero si añadimos un combustible, gasóleo, petróleo, fuel, aceite… y la presión se incrementa lo suficiente, la temperatura sube hasta hacer que la mezcla sea inflamable y arda de manera espontánea. Las mecánicas diésel, así, cuentan con un alto grado de compresión para iniciar este proceso.

Al igual que los motores a gasolina, los diésel arrancan a través de un motor eléctrico, el cual inicia el ciclo de ignición por compresión. Si el clima es frío resulta difícil que el motor diésel arranque, ya que la compresión no se conduce a la temperatura adecuada para que encienda el combustible. Para que este problema se solucione, se han colocado bujías incandescentes o calentadores que se alimentan por medio de la batería y se encienden unos segundos antes de que se proceda a arrancar el motor. Actualmente los calentadores también se «encienden» en algunas fases de funcionamiento del motor para controlar las emisiones.

Bujías y calentadores

La bujía de encendido hace que la corriente eléctrica, producida por el sistema de encendido, salte en forma de chispa entre sus electrodos. Esta chispa inicia la combustión de la mezcla de combustible y aire que mueve los pistones, haciendo que el motor funcione. Las bujías contribuyen de forma decisiva a una combustión eficiente, limpia y económica, así como a la protección del motor y del catalizador.

Recuerda elegir bujías de calidad, montar sólo la idónea para tu vehículo y revisarlas de manera periódica. La vida útil de una bujía depende de sus características (tipo de material y cantidad de electrodos), del tipo de combustible y de las condiciones de conducción. Las bujías modernas soportan entre 30.000 y 60.000 kilómetros (según el motor y el fabricante) antes de que tengan que ser sustituidas. Las bujías de iridio o de platino permiten ciclos de cambio aún más largos. Lo correcto es seguir la recomendación del fabricante del vehículo, especificada en el manual. Además, señales como problemas al arrancar, sacudidas en la marcha, una disminuida potencia del motor o un elevado consumo de gasolina pueden ser indicios de que las bujías están consumidas.

Por su parte los calentadores se utilizan en los vehículos diésel. Aportan al motor diésel el calor suficiente para que arranque en las condiciones adecuadas y lo mantienen caliente en la fase fría. Un calentador de calidad te garantiza un tiempo de calentamiento más rápido, un arranque en frío sin esperas, menor consumo de combustible y 40% menos de emisión de gases contaminantes, reducción del ruido y funcionamiento más suave del motor en la fase fría, prolongación de la vida de la batería y del motor de arranque ya que hace que el motor arranca más rápido evitando «sufrimiento al motor de arranque».

Y para saber más de bujías y calentadores puedes consultar las «Lecciones de Confianza» o las «Historias basadas en hechos reales» de la plataforma «Elige calidad, elige confianza».