Esto puede ser especialmente peligroso para usuarios vulnerables, como peatones, ciclistas o motocicletas, pero también, y no menos, para otros vehículos, como coches y camiones. Hay que tener en cuenta que alrededor del 30% de los fallecidos y de los heridos hospitalizados por accidentes de tráfico se producen en invierno, siendo la lluvia y la niebla las causas climatológicas que provocan más siniestros.
Una serie de recomendaciones te ayudarán a conducir de manera más segura en esta época, pero recuerda que no hay nada como respetar la señalización y utilizar el sentido común:
- -Mantén siempre tu vehículo a punto para evitar imprevistos. Acude a tu taller de confianza y realiza las revisiones periódicas estipuladas por el fabricante. En esta época, especial atención a neumáticos, frenos, líquidos, limpiaparabrisas y luces.
- Ser y ser visto, importantísimo. Recuerda, menos horas de luz, niebla y lluvia, implican la posibilidad de tener que conducir en momentos de baja visibilidad. Revisa regularmente el estado de las luces del vehículo, y si no cuentas con luces diurnas, lleva las luces de cruce también durante el día. Procura, además, llevar los cristales siempre limpios y las escobillas limpiaparabrisas en perfecto estado (se recomienda cambiarlas dos veces al año, después del verano y después del invierno). Utiliza un líquido limpiaparabrisas de calidad y con anticongelante para no llevarte sorpresas. Si te mueves en bicicleta, patinete eléctrico o moto, utiliza siempre elementos reflectantes y colores llamativos para ser más visible.
- Atención a las hojas en otoño. Se acumulan el el asfalto y pueden resultar peligrosas si vas en moto, bicicleta o patinete eléctrico. Pero también pueden tapar desperfectos u objetos que estén sobre la carretera, así como la propia señalización de la calzada.
- Planifica tus trayectos y consulta la previsión del tiempo y el tráfico. No conduzcas con climatología adversa a no ser que sea absolutamente necesario. La conducción en invierno produce mayor tensión y más fatiga, por lo que debemos parar con mayor frecuencia para hidratarnos y descansar. Recuerda que la fatiga crece exponencialmente en condiciones de baja visibilidad.
- Adapta tu conducción a las condiciones de la vía y la climatología. Aumenta la distancia de seguridad, reduce la velocidad y evita la «conducción agresiva» (frenazos, acelerones, cambios bruscos de marcha) para poder detener el vehículo a tiempo si es necesario. Utiliza marchas largas que harán que, cuando la calzada esté deslizante, perdamos menos adherencia al traccionar.
- Al conducir con nieve, además de instalar las cadenas en el coche, es importante evitar frenadas y maniobras bruscas, reducir la velocidad en curvas o zonas inclinadas y mantener una distancia de seguridad mayor a la habitual. En caso de avería o retención, es importante economizar el combustible por si nos vemos obligados a estar inmovilizados.
- Respeta al resto de usuarios, sobre todo a los más vulnerables. Recuerda también que en estas circunstancias el comportamiento de los conductores puede resultar más impredecible.
- Utiliza ropa que te permita libertad de movimientos.