El 44 % de los conductores rechaza la compra de un vehículo eléctrico por considerar que necesitará más mantenimiento que un coche dotado de motor de combustión, ya sea gasolina o diésel.
Aunque el número de vehículos eléctricos está creciendo durante los últimos años, todavía dista mucho del objetivo que se ha marcado España de 5 millones y medio para 2030. Las falsas creencias que giran en torno a su mantenimiento y sus averías se encuentran entre los principales motivos que frenan este despliegue.
Norauto desmonta mitos y enumera diez verdades y mentiras sobre el mantenimiento y averías de este tipo de vehículos.
Los eléctricos tienen que realizar más revisiones que los de combustión. Falso. En principio, se tienen que realizar las mismas revisiones que un vehículo térmico, aunque su frecuencia va a depender de la marca, los kilómetros recorridos y el tiempo desde su matriculación. Por supuesto, se revisan diferentes elementos en función de los factores anteriormente detallados. Es el fabricante quien determina qué hay que revisar y cuándo. Además, desde Norauto se recomienda realizar una revisión en profundidad cada año para una mayor seguridad y comprobar con frecuencia determinados elementos como la batería y aquellos más de desgaste como son neumáticos o frenos, sobre todo, antes de desplazamientos largos
Los vehículos eléctricos no necesitan de una puesta a punto. Falso. Debido a las peculiaridades de este tipo de vehículos, la revisión y puesta a punto es algo diferente respecto a los coches de combustión, pero esto no quiere decir que no sea necesaria. Por ejemplo, en Norauto se han establecido 9 controles específicos. Por un lado, se comprueba el refrigerante del motor eléctrico y la batería. Por otro lado, se realiza una inspección visual del cable de carga, así como los cables y fundas de los cables de alta tensión. También se mira el pack de baterías (si es accesible), el estado del conector de carga y se realiza un diagnóstico electrónico del pack de batería. Por último, se llevan a cabo tres controles técnicos para conocer el estado de salud de la batería de alta tensión
El mantenimiento de un coche eléctrico es más caro. Falso. No, al contrario, pues carece de elementos que sí se cambian o revisan en un coche con motor térmico como: aceite de motor, filtros, correas o bujías por ejemplo
Los automóviles eléctricos se averían más que los coches diésel o gasolina. Falso. No hay motivo para que sufran más averías, todo lo contrario. De hecho, los eléctricos puros o la parte eléctrica de los híbridos sufren menos averías si se compara con un motor de combustión según diferentes estudios
Los neumáticos tienen un mayor desgaste en los vehículos eléctricos. Falso. Los neumáticos de los automóviles eléctricos están preparados para soportar ese peso extra
Los talleres no están preparados para el mantenimiento y reparación de este tipo de vehículos. Falso.Es cierto que no todos los talleres en España están listos, y de ahí la importancia de acudir a aquellos que sí lo están. Los profesionales de Norauto han recibido la formación necesaria para realizar el mantenimiento de vehículos híbridos y eléctricos. Igualmente, los talleres se han adaptado y cuentan con la tecnología necesaria. Así, por ejemplo, los mecánicos de la compañía disponen de guantes aislantes, elementos de señalización, herramienta de mano aislada de 1000 voltios y una zona específica con la maquinaria adecuada para este tipo de vehículos. Además, no se pierde la garantía del fabricante
La avería más frecuente y costosa de los coches eléctricos es la batería. Cierto. La batería y los conectores de carga se encuentran entre las averías específicas más habituales en vehículos eléctricos. Por supuesto, al igual que los vehículos gasolina o diésel, suelen requerir cambios en las luces, sustitución de frenos y neumáticos, cambio del filtro del habitáculo… En lo que se refiere al coste, efectivamente, el cambio de batería -aunque con el paso del tiempo y la popularización de los precios- debe disminuir.
Los fabricantes suelen ofrecer una garantía de aproximadamente 8 años o 160.000 kilómetros. Con el paso de los años, sus componentes se van deteriorando y su capacidad de almacenamiento va disminuyendo. Además se espera que la futura norma Euro 7 obligue a los fabricantes a garantizar una capacidad mínima durante los primeros 5 u 8 años
Los vehículos eléctricos se ven más afectados por las altas y bajas temperaturas. Cierto. Es algo que se ha podido comprobar recientemente en Estados Unidos, donde se ha detectado un mayor agotamiento de las baterías por las bajas temperaturas. Las temperaturas extremas afectan a cualquier tipo de batería y, por lo tanto, las baterías de los vehículos eléctricos no son ajenas a esta circunstancia. Por supuesto, hay que tener en cuenta que estos vehículos se testean en ambas condiciones para mejorar estos aspectos y que esto sólo sucede en condiciones muy extremas
El coche puede estropearse con anterioridad si se descarga por completo. Cierto. Los coches suelen avisar con antelación suficiente de que no hay batería para que el usuario localice un punto de carga. Si no se hace, el automóvil puede quedarse inmovilizado. Esta es una situación poco recomendable, ya que esto supone que la batería se ha descargado por completo y, por tanto, se puede dañar su capacidad y acelerar su deterioro. Si esto ocurre en multitud de ocasiones, se irá perdiendo autonomía y se reducirá su vida útil
La ITV de los coches eléctricos es menos exigente. Falso. Hasta la fecha no hay una normativa específica para la Inspección Técnica de Vehículos referente a automóviles eléctricos aunque sí prestan atención especial a este tipo de vehículos. Por lo tanto, hasta el momento se rigen por la misma normativa de inspección y no hay puntos de control específicos para ellos. Por supuesto, los eléctricos no se someten a la prueba de emisiones, aunque los híbridos sí que tienen que hacer la de ralentí.
Aclarando estas verdades y mentiras, Norauto pretende despejar todas las dudas que el usuario puede tener a la hora de decantarse por un vehículo eléctrico en lo que respecta a su mantenimiento y averías. Hay que tener en cuenta que se trata de vehículos muy avanzados, con importantes sistemas de seguridad y una gran tecnología que contribuyen no sólo a reducir las emisiones de CO2, sino también mejorar la seguridad en todos los trayectos.