Uno, que tiene la fortuna de visitar muchos talleres y recibirlos en aulas, puede observar y conocer los procesos de taller independiente. Es por esto que, aunque generalizando, quiero escribir sobre lo que se ha hecho desde el taller para mantener en forma los vehículos de nuestros clientes.

La foto actual, 2024, de un taller independiente nos permite que ver que un alto porcentaje de los coches que visitan el taller tienen más de 10 años de antigüedad. Muchos de estos vehículos se eternizan en taller, nos cuesta dar con la avería, aun siguiendo procedimientos de diagnosis correctos, y esto conlleva a una fuga de horas que hace que el coste de la hora facturada esté por encima, en algunos casos, muy por encima, del precio al que vendemos la hora.

Esta situación, reparar un parque antiguo con averías complejas, se agrava al no saber, y como dije antes, generalizando, rentabilizar los mantenimientos. En primer lugar porque hay una tendencia a cobrar tarifa plana.

Desde nuestros proyectos de consultoría podemos asegurar que esta práctica lleva al taller a no rentabilizar este tipo de operaciones. Ponemos ejemplos al taller, valorando dichos trabajos según el plan de mantenimiento del fabricante y las diferencias son, aunque pequeñas en unidades de tiempo, importantes en el resultado final del ejercicio, ya que muchos pocos al final hacen un mucho.
Demasiado miedo a perder un cliente por cobrar lo justo y un mal hábito de no cobrar los tiempos del plan de mantenimiento del fabricante. En segundo lugar, al no existir un control de producción, hace que aún se pierda más rentabilidad dado que ni siquiera se es eficiente (ganar tiempo al tiempo) en este tipo de operaciones.

Y aquí no acaba la cuestión. Todos los talleres tienen acceso a programas técnicos e incluso desde las plataformas de e-commerce de los proveedores de recambio el taller puede comprobar que tipo de trabajo se debe realizar en base a kilometraje y antigüedad. Pero los malos hábitos hacen que, en este tipo de vehículos «antiguos» se lleve a cabo el mantenimiento sin tener en cuenta las pautas del fabricante, y guiándonos por la «antigua cultura» de los mantenimientos, es decir, un año aceite y filtro, al año siguiente se sustituyen todos los filtros.

El no seguir este plan de mantenimiento conlleva dejar de hacer trabajos que el fabricante recomienda y, tal vez, esta sea la causa de encontrarnos, en el parque actual que se repara en el taller, más problemas de lo que sería normal.

Debemos asesorar y recomendar al cliente sobre la conveniencia de hacer un mantenimiento correcto al vehículo, al igual que trabajar el marketing predictivo y los trabajos a prever para intentar ayudar a mantener un parque en mejor estado, por lo que recomendamos trabajar el proceso de preparación de la cita y hacer postventa.

Puede ser que el cliente no desee o pueda hacer los trabajos que se les indica según el plan de mantenimiento y que el taller ha preparado en la preparación de la cita en la visita a taller, pero eso no debe impedir intentar aconsejarle nuevas fechas para llevar a cabo los trabajos pendientes, asegurándose así el taller nuevas citas, esto último es hacer postventa.

Articulo de Manuel Báez – Assistec