El sector de la movilidad se encuentra sumido en constantes cambios que hacen parecer imposible seguirle el ritmo. Los avances tecnológicos aplicados a la automoción, sumados a la profunda transformación en la manera en la que la gente se mueve y concibe el transporte, representan un gran desafío para quienes formamos parte de él.

Aunque difícilmente podamos determinar con certeza hacia dónde se dirige la movilidad, hay varios conceptos que, sin duda, están marcando la pauta y que estarán presentes en el futuro próximo. Hablamos de la sostenibilidad, la conectividad y el concepto de la movilidad como servicio (Mobility as a Service). Son tres pilares que confluyen y que, unidos a la seguridad vial, nos están señalando el camino a seguir.

Moverse en las grandes ciudades
Pero hablar de la movilidad del futuro pasa, obligatoriamente, por analizar los desplazamientos que se realizan en las grandes ciudades donde, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), vive al menos el 56% de la población mundial. Una cifra que, para 2050, podría acercarse al 70%.

Se trata de núcleos urbanos donde, aunque se mantenga el esfuerzo por reforzar la movilidad peatonal, sus grandes dimensiones harán que los diferentes tipos de vehículos (de movilidad personal, de transporte público y personal) sigan teniendo una presencia clave en las vías. Sin embargo, estos vehículos serán diferentes porque las mismas urbes y sus habitantes así lo exigirán.

La búsqueda de mejora de la calidad del aire de nuestras ciudades, así como la concienciación de la población sobre la necesidad de reducir su huella de carbono, van a darle un gran empuje a los vehículos de propulsión con energías alternativas. No en vano, estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dan cuenta de que cada año al menos 4,2 millones de personas mueren debido a la contaminación del aire ambiente. Se trata de una cifra de la que cada día es más consciente la población.

Es por eso que la movilidad del futuro pasa obligatoriamente por la electrificación del parque automotor. Sin embargo, aunque suena sencillo y todos los actores vinculados con el sector estén ejerciendo presión para que se convierta en realidad, la electrificación de los vehículos no es ni será un proceso sencillo y mucho menos rápido. Para lograrlo, hay algunos factores que serán clave y uno de ellos es, sin duda, el renting.

Renting, sector clave
Este sector se ha convertido en pieza fundamental en la transición hacia una movilidad sostenible, no sólo porque ha apostado firmemente por la electrificación, ofreciendo vehículos propulsados por energías alternativas a precios cada más asequibles, sino también porque ha hecho un importante esfuerzo por poner en práctica la economía circular, al incluir en sus productos vehículos de ocasión que han finalizado un contrato de renting, alargando su vida útil y permitiendo la renovación del parque automotor.

Pero, además, dado que la práctica totalidad de los vehículos de renting tienen como máximo 5 años de antigüedad, son también menos contaminantes, sin importar su tipo de propulsión. De hecho, datos de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER) muestran que los vehículos de renting emiten menos emisiones de CO2 que el resto del mercado (un 0,44% menos en el 2023).

Mejora de la eficiencia energética
Más allá del tipo de propulsión de los vehículos, otro factor que será clave en la movilidad del futuro es la mejora de la eficiencia energética de los desplazamientos. Allí entra en juego la conectividad y la innovación tecnológica, ya que la introducción del uso de sistemas telemáticos ayuda a realizar una conducción más ecológica y sostenible.

El llamado Internet de las Cosas (IoT) está permitiendo que los diferentes usuarios de las vías y los elementos de circulación estén conectados entre sí, mejorando no sólo la seguridad vial, sino también la eficiencia en los desplazamientos, permitiendo el ahorro de tiempo, reduciendo las emisiones y las congestiones, así como simplificando la planificación del viaje. Se trata de una tendencia que cada vez será mayor y que nos conducirá, sin duda alguna, a la movilidad autónoma.

Pero también la movilidad compartida es y será esencial para la mejora de la eficiencia energética de los vehículos. Propuestas como el carsharing, el ride pooling y el ride hailing cobrarán una mayor relevancia en los próximos años.

Por último, en esta transición hacia la movilidad del futuro se necesita una colaboración público-privada que haga realidad la sostenibilidad, la conectividad, la seguridad y la accesibilidad. Sin el apoyo de las administraciones públicas, el esfuerzo de empresas y ciudadanos por lograr que sus desplazamientos sean eficientes y respetuosos con el medio ambiente serán en vano. Por ello, en este camino hacia la movilidad del futuro debemos ir todos de la mano.