La misión principal de la batería es aportar la energía necesaria para mover el motor de arranque del vehículo, lo que permite la puesta en marcha y arranque del motor. Además, ayuda al alternador cuando la demanda eléctrica del vehículo es muy alta, actuando como un acumulador de energía que la suministra cuando el sistema decide que es necesario, incluido cuando el motor está parado y, por lo tanto, el alternador no suministra energía.
La constitución interna de la batería permite, además, que la energía utilizada se «recargue» gracias a la labor del alternador, combinado con el proceso químico interno de la batería.
Un correcto mantenimiento del sistema es fundamental para «no llevarnos» sustos, por lo que es muy aconsejable que nuestro taller de confianza revise el sistema y el estado de la batería de manera regular.
Gracias a continuas innovaciones y optimizaciones, el rendimiento, la fiabilidad, la seguridad y la versatilidad de las baterías húmedas clásicas han mejorado con los años. Las baterías EFB y AGM son dos tipos de batería más modernos que responden a las crecientes exigencias de la actual generación de vehículos. Por ejemplo, hace unos años era normal revisar el nivel de ácido de la batería y llenarla con agua destilada si era necesario, algo que en las modernas baterías, sin mantenimiento, no es necesario ya que las pérdidas son mínimas durante su vida útil.
Las baterías AGM y EFB se caracterizan por ofrecer un alto rendimiento. A pesar de sus diferencias técnicas, las últimas generaciones de estas baterías tienen muchas ventajas en común: necesitan menos mantenimiento y son más fiables y seguras que hace diez años gracias a los avances en la tecnología de baterías.
Baterías de celdas húmedas (SLI)
La denominación de esta tecnología, SLI, hace referencia a las funciones principales de la batería de un vehículo, arranque, alumbrado y encendido (starting, lighting and ignition). Son adecuadas para vehículos sin tecnología start-stop y con una cantidad moderada de consumidores eléctricos.
Contienen varias celdas, llamadas también bloques de placas, compuestas por un conjunto positivo y un conjunto negativo de placas, que a su vez están compuestos por varios electrodos. Los electrodos positivos constan de un material activo hecho con óxido de plomo y de una rejilla positiva de una aleación de plomo. La estructura de la rejilla confiere una estructura sólida a los electrodos y sirve a la vez como conductor eléctrico. Estas placas se sumergen en un electrolito, formado por una mezcla de ácido y agua destilada (batería húmeda). Los electrodos negativos también constan de un material activo, plomo puro en este caso, y de una rejilla negativa. Los electrodos de diferente polaridad están separados por placas separadoras.
Las baterías húmedas más modernas son de plomo-calcio y utilizan placas de plomo y óxido de plomo en combinación con un electrolito de calcio en lugar de ácido.
Baterías VRLA
VLRA significa “Valve Regulated Lead Acid”, en referencia a las válvulas de seguridad que se encuentran presurizadas dentro de la caja de la batería. Es decir, no puede perder líquidos porque el electrolito está presurizado en el interior de la batería.
Las baterías EFB son una versión optimizada y de mayor rendimiento de la batería plomo-ácido convencional. La abreviatura «EFB» hace referencia a «enhanced flooded battery (batería inundada mejorada)». En este caso, las placas también están aisladas entre sí con un separador micro-poroso. Entre la placa y el separador también hay una malla de poliéster. Las baterías EFB ofrecen una gran cantidad de ciclos de carga y duplican con creces el rendimiento en descarga parcial y profunda de las baterías convencionales. Suelen instalarse en vehículos con sistema start-stop básico (motores pequeños y vehículos con consumos eléctricos reducidos). Dado su rendimiento superior cada vez se utilizan más a la hora de sustituir baterías de plomo-ácido y plomo-calcio convencionales, en vehículos sin start-stop pero con requisitos de conducción exigentes y sin start-stop pero con un consumo eléctrico elevado.
Las baterías AGM, comúnmente llamadas “secas”, son muy versátiles y poseen una estructura igual a las baterías de celdas húmedas, pero el electrolito no flota libre, sino que está retenido en un separador especial de fibra de vidrio (absorbent glass mat – AGM). Su gran superficie de contacto contribuye a producir más energía . Gracias a su diseño, esta batería está sellada herméticamente, a prueba de fugas, lo que permite que el oxígeno y el hidrógeno se recombinen en su interior, por lo que no hay pérdidas de electrolito. Para protegerlas de una presión excesiva, las celdas están equipadas con una válvula de seguridad. Es una tecnología innovadora en el mundo de las baterías de plomo. Ofrecen un alto rendimiento, mayor seguridad y están diseñadas para altos requerimientos. Una batería AGM resiste tres veces más ciclos que una batería de arranque convencional, no dependen de su posición en el vehículo ya que la retención del electrolito evita los escapes de líquido (el ácido de la batería no se sale ni siquiera si esta se fractura). Son adecuadas para vehículos con sistema start-stop con recuperación de la energía de frenado, ya que las baterías de arranque convencionales no son capaces de responder a las grandes demandas de energía de estos sistemas. Son la opción adecuada, también, para los coches con un elevado consumo de energía y gran cantidad de consumidores eléctricos. En resumen, su larga vida útil, excelente rendimiento y mayor seguridad convierten a las baterías AGM en las baterías superiores para los vehículos modernos.
Las baterías de gel suelen confundirse con las baterías AGM. También son baterías VRLA y están equipadas con una válvula de ventilación. Las baterías de gel tienen una estructura similar a la de las baterías húmedas convencionales, con electrodos positivo y negativo rodeados por un electrolito, pero usan una silicona (se le añade sílice) para conseguir que el ácido quede más denso, en forma de gel. Esto ofrece una mayor resistencia a las vibraciones y la inclinación. El diseño encapsulado facilita la manipulación y aumenta la seguridad. Si la batería está en perfectas condiciones, el usuario no tiene que temer fugas del líquido. Así pues, en el sector se suele decir que las baterías de gel son sin mantenimiento. En este tipo de baterías herméticas, el hidrógeno producido por la batería se recombina, haciendo innecesario llenar con agua destilada, por lo que se dice que esta baterías no tienen mantenimiento. Son baterías que aguantan muy bien las descargas profundas.
Las baterías de gel destacan por su menor desgaste de los electrodos, que se traduce en una vida útil más larga respecto a las baterías de plomo-ácido convencionales, pero su mayor resistencia interna impide que generen corrientes de arranque en frío elevadas en intervalos de tiempo cortos. Otra desventaja es que son susceptibles a las variaciones de temperatura.
En algunos casos merece la pena cambiar a una tecnología de batería diferente con mayor rendimiento. Pero una batería AGM siempre debe cambiarse por una de la misma tecnología y características, ya que si ponemos una batería convencional en un vehículo start-stop, tendremos una disminución considerable de la vida útil de la batería y limitaciones de funcionamiento del sistema de gestión de energía del vehículo, aunque desactivemos la función start-stop.