La conducción preventiva te permite anticiparte a los imprevistos.
Dominar la observación y una buena distancia de seguridad son claves en la conducción preventiva. Un conductor preparado siempre tendrá ventaja a la hora de reaccionar y desenvolverse sin problema de una situación comprometida.
La distancia de seguridad – La distancia de seguridad entre vehículos es una separación protectora vital, el «escudo» para evitar una colisión por alcances en frenadas repentinas.
Para evitar un alcance son necesarios, al menos, dos segundos de diferencia entre vehículos, que pueden calcular pronunciando «1101, 1102…» respecto a un punto fijo en la vía. Pero mucho cuidado, dos segundos pueden ser insuficientes siendo necesario ampliar esta distancia:
- Con mal tiempo o asfalto mojado habrá de ampliarla a tres o más segundos.
- Cuando circulamos por carreteras con un carril por sentido, sin intención de adelantar, también deberemos ampliar la separación frontal, para permitir un adelantamiento seguro al que nos sigue.
- En algunos tramos, donde una colisión múltiple puede ser desastrosa, una separación adecuada es aún más necesaria. Dentro de un túnel, por ejemplo, la distancia de seguridad deberá ampliarse, al menos a 100 metros o 4 segundos de intervalo cuando no se pretenda adelantar.
En la parte trasera, la separación también es importante, especialmente en los adelantamientos, donde el conductor debe maniobrar sin poner en peligro a los vehículos adelantados y sin obligar a otros usuarios a modificar su trayectoria o velocidad.
Centrar la atención
- Mantener la vista a una cierta distancia, en lugar de cerca del vehículo, anticipa una información muy valiosa para adaptar la conducción.
- También es muy importante saber siempre qué ocurre a nuestro alrededor. Para ellos el uso de los espejos retrovisores es básico. Las miradas a los espejos deben ser breves pero frecuentes, más en vías muy transitadas. Y cuidado con los ángulos muertos: puede disminuirlos girando ligeramente la cabeza, y también haciendo uso de la ayuda de asistentes electrónicos si su vehículo los tiene.
- Observar correctamente requiere dejar de lado cualquier distracción que impida concentrarse en la conducción.
Las cinco distracciones más habituales y que tenemos que evitar son, cansancio, móvil, radio, acompañantes, navegador.
Situaciones en las que una adecuada observación marca la diferencia
- Adelantamientos – Observa hacia delante (vital en vías de doble sentido) y hacia atrás por los retrovisores interior e izquierdo. Vuelve a la derecha cuando veas al vehículo adelantado por los espejos derecho e interior, para mantener la separación adecuada.
- Incorporaciones – En los cambios de carril y las incorporaciones a otra vía, es necesario observar para asegurar-se de no hay otros vehículos donde queremos desplazarnos. Los ángulos muertos pueden complicar estas maniobras, vigílalos girando ligeramente la cabeza.
- Glorietas – Cuando circules por el carril exterior de una plaza circular, vigila el retrovisor izquierdo si algún vehículo se aproxima por ese lado. Si un conductor intenta cruzarse desde el interior, antirreglamentariamente, podrás anticiparse a una colisión.
- Intersecciones complicadas – En las intersecciones señalizadas con Stop o semáforos detén siempre el vehículo y observa si otros vehículos se aproximan, para ceder el paso. En los giros observar además que nadie viene de frente y que no hay peatones u otros usuarios cruzando la vía.
- Pasos para peatones – En la aproximación a un paso para peatones, haz un barrido visual de lado a lado varias ve-ces. En el caso de que un obstáculo te impida ver bien, aminora la marcha y pasa a una velocidad sin riesgo de atropello.
- Salir del coche – Ya seas conductor o pasajero, recuerda: en el momento de salir del vehículo en una calle, antes de abrir una puerta del lado de la calzada, gírate hacia atrás para comprobar que no se aproximan vehículos, ciclistas o peatones.